No sé si nací para ser herida, pero después de todo lo que me ha sucedido con el paso de los días, mi corazón está como un vaso de cristal recién estrellado contra el suelo. Todas sus piezas afiladas esparcidas alrededor, con el fin de ser reconstruido, pero con el hecho de que jamás podrá volver a ser el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario