Abrazos cálidos, besos dulces y momentos memorables. Recuerdos llenos de diversión; canciones con un toque sentimental; fotos tomadas en momentos de locura; regalos preparados con el mayor cariño del mundo. Pocas horas a la que aferrarme, pero me atrevo a decir
ha sido uno de los mejores fines de semana que he tenido. He ganado mucho, la felicidad extrema me ha envuelto, pero nada dura para siempre, ni siquiera los puntos finales. Podría poner
las despedidas en la lista de
cosas-que-odio, pero hay algo que me lo impide y es que, no hay nada como volver a percibir el perfume de tu persona preferida tras meses de no haber podido sentir sus abrazos rodeándote. De hecho, tengo una lista invisible en la que escribo las cosas que debería repetir, entre ellas destaca en negrita:
- Volver a abrazar a mis personas preferidas.
- Jugar a las preguntas disney.
- Tarde de playstation (kingdom hearts & buzz)
- Desayuno - tortitas.
Espero entre suspiro y suspiro, que los árboles se queden sin hojas, que la nieve deje blanca las aceras, que el frío nos congele las articulaciones, para que un día cualquiera de diciembre, yo esté sosteniendo la mano de ese pequeño dinosaurio y ese chico de ojos claros, al cuál me encanta llamar nigga.
Maybe everything was meant to be this way.
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