Una noche de verano, mientras contemplaba el cielo oscuro, una estrella fugaz deslumbró el cielo tan rápido, que casi no me dio tiempo a pensar en el deseo que tanto quería que se cumpliese. Me levanté de sopetón y crucé los dedos. "Ojalá se cumpla" repetí varias veces para mi misma, intentando ignorar el alateo continuo de las mariposas dentro de mi estómago.
Tras días de espera ante aquel deseo, me di cuenta de que nunca llegaría esa vez, y que aquel rumor que afirmaba que los deseos a las estrellas fugaces se cumplían era tan solo... un rumor más. Incluso pensé en gritar a los cuatro vientos que aquello era una mentira, pero sin embargo, recordé que en la lista de instrucciones no explicaba el "cuando" y tan solo tenía que esperar. Así año por año, yo despertaba con la ansia de que llegara el día el cuál ocurriera, y no me importaba retenerlo para mi misma si sabía que aquel día estaba a la vuelta de la esquina. No iba a dejar de luchar, no iba a dejar que nadie me debilitara y no me daría por vencida. Fue por aquella razón por la que llegué a la cima.
Tras días de espera ante aquel deseo, me di cuenta de que nunca llegaría esa vez, y que aquel rumor que afirmaba que los deseos a las estrellas fugaces se cumplían era tan solo... un rumor más. Incluso pensé en gritar a los cuatro vientos que aquello era una mentira, pero sin embargo, recordé que en la lista de instrucciones no explicaba el "cuando" y tan solo tenía que esperar. Así año por año, yo despertaba con la ansia de que llegara el día el cuál ocurriera, y no me importaba retenerlo para mi misma si sabía que aquel día estaba a la vuelta de la esquina. No iba a dejar de luchar, no iba a dejar que nadie me debilitara y no me daría por vencida. Fue por aquella razón por la que llegué a la cima.
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