Relatos sin fin.

Era difícil aceptar el hecho de que no era nadie en el mundo. Que era la sombra de una persona que la superaba en todos los sentidos, de que sería ignorada frente a los demás cuando estuvieran juntas, que sería el segundo plato, y el cero a la izquierda. Una chica incomprendida esperando que algún día el mundo cambiara de parecer, ella esperaba que la humanidad no se dejara llevar por comparaciones, pero la Tierra se había convertido el peor sitio en el cuál habitar. Y solo quería viajar, viajar lejos, y sentirse segura de ella misma, y saber que era fuerte, pese a sus debilidades. Lo único que le entusiasmaba era dejar de vivir con gente que respiraba falsedad y exhalaba mentiras, mientras la duda se apoderaba de ella. Quería ser mejor que ayer y peor que mañana, aunque sus inseguridades se lo ponían más complicado que nunca. Era difícil aceptar el hecho de la realidad.