miércoles, 24 de abril de 2019
Vacío
Cada día que pasa veo menos motivos por los que levantarme de la cama, anclada al vacío que me provoca la infelicidad, buscando un desvío de la rutina que me despierte las ganas de vivir, cualquier cosa que me encienda los ánimos. La ironía de buscar en mi propio agujero negro la llama que mantenga luz en un sitio donde solo hay oscuridad infinita. Fingir que todo va bien por miedo a mostrar debilidad, la excusa perfecta para que las personas casi tan vacías como yo invadan lo único que me pertenece, mis secretos. Apostar por todo aún sabiendo que voy a perder, sigo viviendo el bucle. No tengo techo ni casa que me cobije, solo los brazos de la soledad que me han atrapado, dice que estoy obligada a vivir a su lado y que nadie me va a salvar. La creo. Mis sentimientos gritan en silencio, esperando a un héroe que se acerque lo suficiente para poder escuchar el sonido que se ha quedado atrapado en mis pulmones. Quisiera creer que la gente no ve ni escucha, inconsciente, víctimas de la misma tortura que la mía. Realmente, creo que Narciso se ha hecho dueño de todos los ombligos de este planeta, por eso la gente no puede evitar no mirárselo, atrapados en un reflejo que no va más allá del suyo. Mientras los corazones rotos siguen caminando por los bulevares de la ciudad, botella en mano, engachados a la heroína o a la depresión, al vacío, como yo.
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