viernes, 14 de junio de 2019

Amistades lejanas

Lazos rotos, guerras perdidas ancladas al pasado. Vivo en la dulce añoranza de retomar mi vida por dónde la dejé, dónde recuerdo ser feliz. Mi yo de niña, con mechas de color oro y sonrisa pilla, aún tenía expectativas en vida, pese a no saber qué significaba “tener expectativas”, crecí creyendo que quería ser como mi madre pues, escondida entre las paredes de la inocencia, no sabía que muchas veces lloraba en silencio. A cada mes de octubre contaba ansiosa los días que quedaban para mi cumpleaños, sin todavía saber que no quería crecer, y que probablemente mi camino era acabar en el país de Nunca Jamás para, aunque fuese, parar el tiempo. Pero con tan solo seis años yo solo quería que el tiempo pasara lo más rápido posible, lo suficientemente rápido como para que me diese tiempo a vestirme e ir por primera vez a casa de alguna de mis amigas de clase. No quise detener el tiempo, ni siquiera lo intenté, ahora lo hago constantemente. A veces creo que lo consigo, cuando me hundo en mis sueños más profundos, pero aún no consigo encontrar la fórmula para retener a quiénes quieren marcharse. Opero a abrazarme a lo que me da miedo, como si eso pudiese poner límites a los fantasmas del pasado. Pero me visitan constantemente para recordarme que quizás no estoy del todo bien, para decirme al oído, casi en un susurro, que deje de poner del revés mi mundo, de tal manera que la etiqueta de la camiseta quede por dentro, y no por fuera. Como si recuperarte fuera pan comido. Lamento admitir que me he convertido en un chicle, como si tuviera el síndrome de Diógenes, y no pudiera tirar cosas, personas o recuerdos a la basura. Me he aferrado al pasado más de lo que alguna vez quise, siento que tenía que haber cuidado mejor a la gente, pero fueron ellos los que nunca me cuidaron a mí. Por eso me fui, por eso nos alejamos, por eso dije hasta luego. Creo que es hora de decir adiós, adiós al pasado, adiós de verdad. 

1 comentario:

  1. Me has tocado profundamente con esta frase: "Me he aferrado al pasado más de lo que alguna vez quise, siento que tenía que haber cuidado mejor a la gente, pero fueron ellos los que nunca me cuidaron a mí. Por eso me fui, por eso nos alejamos, por eso dije hasta luego. Creo que es hora de decir adiós, adiós al pasado, adiós de verdad".

    Siento que me ha costado mucho dar este paso, aceptar que a veces debes soltarte de lo que te aferras porque eso a lo que tanto te estás agarrando, en realidad ya no está para ti. Supongo que hay que tener mucha voluntad para esto.

    Un saludo.

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